El nacimiento el primer y decisivo éxito para nosotros.

Lo logramos de la mejor manera y la más amplia cuando debimos salir a la luz por nuestros propios medios y el nacimiento ocurrió sin intervención externa. Aquí debemos demostrar por primera vez nuestra capacidad de imponernos. Este éxito seguirá 

repercutiendo por el resto de la vida. De esa experiencia obtenemos la fuerza para más tarde poder imponernos con éxito.

¿Me estoy yendo muy lejos? ¿Qué tiene que ver este éxito con nuestros posteriores éxitos en nuestro trabajo y en nuestra profesión? ¿Realmente nuestro éxito posterior depende en gran parte de este primer éxito?

¿Cómo se comporta más tarde un niño y un adulto que llegó al mundo a través de una cesárea o que debió ser extraído con fórceps? ¿O cuándo vino al mundo prematuramente y debió permanecer las primeras semanas -o tal vez meses- de su vida en una incubadora? ¿Qué sucede más tarde con su independencia y su capacidad de imposición?

Por supuesto que las consecuencias de estas experiencias pueden ser superadas, por lo menos parcialmente. Como sucede con todas las dificultades y cargas pesadas también podemos ganar de ellas una fuerza extraordinaria.

Sin embargo, al mismo tiempo ellas establecen límites y se convierten en un desafío que podremos superar con mayor facilidad si reconocemos sus raíces y más tarde de alguna manera conseguimos recuperar lo que nos falta, con frecuencia con ayuda exterior.

 

Encontrar y tomar a la madre

El segundo acontecimiento decisivo y el siguiente éxito es el movimiento hacia la madre, ahora como un otro que nos lleva a su pecho y alimenta. Con su leche nosotros sacamos vida de ella.

¿Qué es lo que aquí nos enseña a ser exitosos y preparados para éxitos posteriores en nuestra vida y nuestra profesión?

Poder tomar a nuestra madre como la fuente de nuestra vida, con todo lo que fluye de ella hacia nosotros. Con ella nosotros tomamos nuestra vida. Y la tomamos tanto como la tomamos a nuestra madre.

Ese tomar es activo. Tenemos que mamar para que su leche salga. Tenemos que llamarla para que venga. Tenemos que alegrarnos por lo que ella nos da. A través de ella seremos ricos.

Más tarde en la vida se demuestra: quien logró tomar a su madre de esa forma será exitoso y feliz. Pues de la misma manera como alguien se relaciona con su madre se relaciona con su vida y su profesión. Con la misma intensidad con la que él rechaza a su madre rechaza la vida, su trabajo y su profesión. De la misma manera y con la misma intensidad la vida, su trabajo y su profesión también lo rechazan a él.

Así como alguien se alegra de su madre, así se alegrará de la vida y de su trabajo. Así como su madre le da, siempre más cuando él toma de ella con amor, en la misma medida su vida y su trabajo le regalaron éxito.

Quien tiene reparos con su madre, también los tendrá con la vida y la felicidad. Así como la madre, como consecuencia de sus reparos y su rechazo se aleja de él, así se alejarán la vida y el éxito.

¿Dónde comienza nuestro éxito? Comienza con nuestra madre.

¿Cómo llega el éxito a nosotros? ¿Cómo puede llegar? Cuando nuestra madre puede venir a nosotros y nosotros la honramos como nuestra madre.

 

 

por Bert Hellinger

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