Identificar el talento empresarial es uno de los factores claves para alcanzar resultados que superen nuestras expectativas corporativas. Cuando logramos descubrirlo, encontramos la manera para transformar el sistema empresarial.

En cambio, cuando nos cuesta hacerlo, nos encontramos con empresas que no dan el resultado esperado, que se quiebran, que todo el tiempo les estamos invirtiendo y no son rentables.

Y eso pasa porque no logramos establecer puntos de equilibrio que respalden nuestras estrategias y las promuevan para repercutir en el resultado.

Y aprender a ver y aprovechar el talento requiere atención. Esto quiere decir que necesitamos ver más allá. Y ahí entra en juego la sistémica y el ordenamiento de lo familiar y lo empresarial.

Muestra de ello es que, a veces cuando uno se pregunta cómo fue para mi abuelo o mi papá, descubre una conexión clarísima. Incluso se encuentra con lealtades inconscientes de la misma empresa a todo ese campo laboral familiar.

Y no se trata de que nuestros ancestros hayan sido profesionales o empresarios.Se trata del tipo de trabajadores que han sido. Por ejemplo las madres, son organizadas en casa, presupuestan los gastos del hogar y controlan que los recursos alcancen para todo.

Tenemos padres que hacen rendir el tiempo y logran impulsar todas sus actividades. Venimos de ancestros que eran estructurados y que mantenían en perfecto estado el rendimiento de su hogar, sus propiedades y hasta sus negocios.

Y cuando notamos que es gracias a eso que se nos facilitan o dificultan algunas cosas, entendemos el valor de reconocer el legado y de hacerlo incluso en el sistema empresarial porque hemos tomado de nuestros padres y abuelos sus habilidades y talentos.

Es a partir del reconocimiento, que convertimos en nuestros esos dones y los moldeamos para ajustarlos a nuestra realidad y necesidades.

 

Talento Empresarial: Cómo Identificarlo y Aprovecharlo

En las empresas, a veces pasamos por alto el aporte profesional que hacen las personas. Esto se refleja intensamente en empresas familiares en las que por ejemplo, la esposa apoya el sistema pero no tiene un rol definido.

Cargamos y llevamos experiencias laborales de empresa en empresa y eso también hace parte del desarrollo del sistema en el que aportamos saberes y los ponemos al servicio de todos para que los tomen.

La pregunta que deberíamos hacerle a nuestros empleados e incluso a nosotros mismos cuando iniciamos un proceso laboral es ¿por qué llegamos a este lugar o proyecto y qué podemos aportar de nuestra experiencia?

Esa debería ser la primera inquietud que resolvamos para empezar a ordenar el sistema empresarial. Conocer esto nos facilita ese proceso de encontrar el rol adecuado para integrante de la empresa.

Y eso cambia también la calidad en la relación que establecemos con las demás partes de la empresa, promueve dinámicas saludables y hace más práctico y fluído el ambiente.

Incluso la comunicación se hace cercana y aprendemos a conocer mejor a las personas; esto se evidencia y aplica en las dos posiciones en las que podemos experimentarlo: como empleados y como empresarios.

Como empleados podemos tomar de las herramientas que aprendimos en empresas de las que venimos y aplicarlas para nosotros y para el equipo con el que estemos relacionados. Es así como le aportamos al orden de la empresa.

Como empresarios descubrimos habilidades de los trabajadores para sumar a los objetivos que tengamos y maximizar resultados. Pasamos a un punto de equilibrio con mayor rapidez y obtenemos utilidades que hacen nuestro negocio sostenible.

Incluso como socios podemos tomar de las personas que llegan a la empresa, aprovechando sus experiencias y conocimientos para solucionar necesidades que tengamos en el sistema empresarial.

 

El Poder del Liderazgo Sistémico Empresarial

Una de las reflexiones más importantes que podemos hacer al interior de una empresa está relacionada con el liderazgo sistémico porque cuando hablamos de liderazgo y trabajo en equipo, hay mucho por descubrir.

No es fácil que todos vean con claridad esta parte sistémica. En el mundo corporativo es así cómo ocurre, pero si logramos superar esa barrera llegamos a todo un descubrimiento sobre la realidad de nuestro ADN corporativo.

Un ejemplo de esos hallazgos a los que podemos llegar es darnos cuenta incluso de que nosotros no lideramos la empresa. Ese fue uno de los descubrimientos que más me movió.

Y en realidad, cambió por completo la manera en la que consideraba todo. Me di cuenta de que la empresa era la que me lideraba a mí y que no estaba a cargo de la empresa, sino que la empresa me mostraba los caminos a seguir.

Al reconocer a la empresa como un sistema vivo, empecé a escuchar y entender las opciones que tenía y las herramientas que podía utilizar para obtener la información necesaria para tomar decisiones.

Llegar a ese punto es muy bonito porque a uno le cambia totalmente el concepto del liderazgo y de las dinámicas del trabajo en equipo. Y se trata de aplicar todo esto del pensamiento sistémico, el orden, la jerarquía, el equilibrio.

Sí, se trata de ese equilibrio que tiene que ver con este tomar y dar. Y de cómo uno, como líder del equipo, lidera al interior de la organización.

En mi caso, entiendo que soy líder de mis equipos, pero no lidero la empresa. Entonces, mi rol como líder de equipo se enfoca en obtener herramientas que permitan tener un balance energético en la dinámica del equipo.

 

Cómo Aplicar el Talento Empresarial en tu Estrategia

Conocer nuestra empresa desde la sistémica, es aprender a tener en cuenta no sólo al equipo sino también a los interesados en lo que hacemos, elaboramos y ofrecemos.

Es escuchar cómo se siente el equipo y el cliente, cómo ven lo que les brindamos. Se trata de ampliar la mirada y descubrir el talento empresarial para aplicarlo a nuestra estrategia y ser más efectivos y exitosos.

Creo que se basa en mirar a 360 grados el sistema empresarial. Una visión general de las verdades de la sistémica que aporta mucho en lo corporativo.

Y creo que aquí las estrategias de comunicación cambian dentro y fuera de la empresa porque estamos aportando verdad y estamos escuchando a todos. Y escuchar lo que está del otro lado es muy valioso.

Claro, y lo que nos queda de este proceso es preciso una visión sistémica para ampliar nuestro enfoque a uno más inclusivo.

Y cuando hablo de ser más inclusivos, me refiero a tener esta visión general y específica en donde todos tienen un aporte y un valor para la organización, para el equipo y para lo que estamos haciendo.

Esto nos lleva a innovar y arriesgarnos por loco que sea. Al hacerlo, avanzamos a pasos agigantados hacia lo que pretendemos lograr, incluso desde la misión de la compañía. ¡Ahí es donde está el valor!

La inclusión en las empresas es un reto que nos lleva a considerar hacer hasta lo que no sabemos. Ahí es donde uno empieza a preguntarse ¿cómo lo voy a aprender?, ¿cómo voy a lograrlo?, e incluso ¿cómo lo comunico?

Entonces, aceptar las cosas como estaban y aceptar el cambio al que nos enfrentamos es trascendental. Claro, este es uno de los principios que impacta la sistémica en general y promueve la aceptación de lo que está sucediendo.

 

Para qué Encontrar tu Lugar en lo Empresarial

Cuando uno como empresario puede ver lo que está sucediendo, el proceso se hace más liviano, dejamos de resistir para entrar en aceptación y poder fluir con lo que la vida nos trae. Y la realidad empresarial también tiene un nivel personal y familiar.

¿Y esto por qué? Porque es a todo nivel que logramos asumir y superar los retos de la vida. Y cuando tenemos claro este enfoque sistémico podemos hacer ajustes enormes a nuestros procesos.

Muestra de ello es aprender a darle el lugar a las cosas, los momentos y las personas, y también darnos el propio lugar que nosotros merecemos y debemos ocupar.

Y cuando decimos, listo, aquí es donde me corresponde estar, ésto es lo que me corresponde hacer, la vida se hace más clara y podemos empezar a crear esas transformaciones maravillosas y fundamentales que necesitamos, en todos los niveles

 

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