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Crisis y Oportunidad: Cómo hacer Cambios Sistémicos Exitosos
Si no piensas en crisis y oportunidad cuando te enfrentas a nuevos retos, estás perdiendo la ocasión de hacer cambios sistémicos que te permitan cosechar resultados exitosos.
Cuando la vemos a la luz de la sistémica, nuestra vida se convierte en un escenario de experiencias que dependen de nuestra capacidad para recibir, aceptar y resolver.
Es en esencia lo que sucede con los cambios, según nuestra disposición para realizarlos, se dan los resultados que obtengamos y, por supuesto, el aprendizaje que recibimos.
Por eso es importante reconocer que no todo lo que sale mal o diferente a lo que esperamos, es un fracaso, sino que por el contrario, entenderlo como un aprendizaje que hoy me tiene en otro lugar para aportar a la vida o expandirme de otra manera.
Y en ese entendimiento, necesitamos reconocer que fuimos de un modo antes, pero ahora, con nuevas experiencias y en nuevos lugares, somos otros. Entonces, poderlo reconocer de esta forma me lleva a sentirme mejor y más cómodo.
Si nos damos cuenta, somos jueces extremos con nosotros mismos. Somos muy duros y poco amorosos, nos cuesta reconocer la transformación como un proceso necesario.
Con esta claridad y desde la sistémica como tal, podemos descubrir que a veces, nuestro enfoque no está solito, sino que está inmerso en todo ese movimiento que debemos vivir para cambiar.
Y no tiene que ver sólo con lo que yo hago o con mi gestión ante las situaciones, tiene que ver con todo lo que se está moviendo a mi alrededor y que también me impacta y me afecta a mí.
Crisis y Oportunidad: Claves para la Transformación
Ante un proceso de transformación, es indispensable mirar cuáles son las herramientas que nos van a permitir hacer estos procesos, sobre todo de transiciones fuertes porque también ese conocimiento que yo tenga me facilita el resultado.
Y yo te diría que lo primero es reconocer qué es un cambio, qué es una transformación porque cuando nosotros miramos en esencia lo que queremos modificar, podemos adaptarnos con más facilidad a los requisitos para lograrlo.
Esa es la importancia de actuar con sentido y desde un análisis profundo a nuestra vida, a lo que necesitamos y lo que realmente merecemos.
Y es que, por lo general estamos en cambio para adaptarnos a esas situaciones que a diario enfrentamos y que necesitamos poder responder.
Entonces, cuando logramos que sea así, el cambio se da de una manera más preciosa, es perfecto. ¡Y sigue siendo cambio, pero ya no es caótico!
Otro aspecto necesario en estos procesos de transformación es la identidad y junto a ella, la esencia. Eso es lo que nos permite que, sin importar hacia dónde nos movamos, tengamos claridad de a dónde vamos a llegar y cuál es nuestra voluntad.
Nosotros lo podemos prever como dueños y responsables de esas decisiones importantes que ocurren en nuestra vida. Sabemos lo que va a pasar.
Pero, si nos fijamos bien, cuando perdemos ese enfoque y no tenemos la claridad para definirnos ante un proceso de transformación, la incertidumbre se apodera de nosotros y todo el tiempo nos vamos a mover con la inseguridad que eso genera.
Y no podemos predecir qué es lo que va a pasar, tanto a nivel personal como ante aquellos con quienes nos relacionamos. Y entonces, ese cambio sí me garantiza que voy a seguir siendo lo mismo, pensando lo mismo, pero desde otro lugar.
Cómo Llevar tu Vida al Siguiente Nivel
La transformación nos debe llevar a otro nivel, no solo físico, también mental.
Cambiar debe elevar a un siguiente nivel donde yo haya podido soltar todo lo que no me permitía antes avanzar y debe ser real y consciente para que sea irreversible. Por eso, soltarlo todo es la única opción.
Pero si no estoy segura de eso, yo no puedo predecir dónde va a acabar y esa es la incertidumbre más común ahora. Entonces casi que como conductores de nuestro proyecto de vida estamos fallando y dedicándonos a gestionar el día a día.
Y esto que en algún momento hablaba sobre la sistémica, no es otra cosa, más que la falta de planificación estratégica y la pérdida de valor. Hoy en día no estamos constatando nuestra vida con certeza, lo hacemos desde la improvisación.
Ahí es donde nos perdemos entre el aquí, el ahora y el instante, porque nos dedicamos a reaccionar a este momento con los recursos y las personas que tenemos disponibles, con el talento y el potencial que tenemos para resolver algo efímero.
Entonces imagínense lo que significa para una persona que está todo el tiempo en movimiento, no poder reconocer lo que tiene y lo que quiere lograr. ¿Qué cantidad de recursos y oportunidades potenciales pierde por no tener claridad?
Descubre tus Recursos Internos: Crisis y Oportunidad
Cuando no hemos dedicado el tiempo a descubrirnos a nosotros mismos e identificar todo lo que somos y lo que podemos hacer, perdemos la oportunidad de descubrir los recursos internos con los que contamos para lograr eso que anhelamos.
Y en esa falta de reconocimiento, nos mantenemos en nuestras zonas conocidas porque es donde estamos seguros. Pero, también es en donde nos ocultamos de la transformación.
Si lo vemos desde este punto, atrevernos a ponernos en este estado de movimiento que cambia y revuelve todo lo que ya está para trascender a un mejor nivel de lo que podemos ser: ¡Es precioso!
Aceptar el cambio es perseguir un final distinto, es acceder a información que no teníamos. Por eso a mí me gusta mucho plantearme cómo una oruga jamás se imagina lo que va a pasar con ella después.
Es una transformación profunda donde ya ella no sabe dónde va a terminar, ni qué va a pasar, y esa esencia misma se transforma. Y esto es lo que pasa cuando nos abrimos a algo diferente. Permitimos que nos tome el movimiento y engrandezca nuestra vida.
Y claro, también aquí se presentan esos momentos y personas que no pueden transformar algunas cosas, es cuando surgen los procesos de finitud.
Claves para Enfrentar los Cambios desde la Sistémica
¿Por qué existen los procesos de finitud? Porque dentro de los cambios se ponen a prueba nuestros aprendizajes y las herramientas que tenemos para definirnos en esencia. Y cuando se detiene o se frustra ese proceso, es porque no es suficiente el aporte a la vida.
Por eso, ahorita el tema de la identidad es completamente diferente, porque las personas se transforman profundamente y con ello sus objetivos, planificaciones, estrategias; pues ya no tienen valor, incluso pueden pasar a ser un obstáculo.
Y es que como seres humanos, estamos preparados para buscar zonas de comodidad y confort para mantenernos en lo conocido, en ese espacio en donde sé cómo me muevo.
Pero si ustedes se dan cuenta, cada vez la vida es más dinámica, nos lleva a más movimientos y eso nos ha facilitado también, ser más flexibles y entender que no todo puede mantenerse igual y que necesitamos adaptarnos continuamente.
O sea, esto que uno dice yo ya soy organizada, estoy estable. Realmente, ya no es tan así, porque quizás lo estás en este preciso momento, pero mañana eso puede cambiar. Y eso hace parte de nuestro crecimiento personal.
Yo recuerdo que antes era muy fácil planear a díez e incluso quince años, pero ahora, somos conscientes de que esas planificaciones de hoy, no van a tener sentido mañana.
¡Por eso es tan importante tener claridad interna, para que fuera podamos resolver lo que nos presenta la vida y nos pongamos al servicio de ella!
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