Alcanzar el equilibrio y crecimiento empresarial es un reto que las organizaciones enfrentan con el fin de alcanzar el éxito. Pero a veces, esa búsqueda nos lleva a mayores dolores porque no estamos conectados con lo que perseguimos.

Esto quiere decir que nuestra energía como socios, líderes y empleados, no está encaminada a lo que el sistema necesita para llevarnos por el camino que conduce al éxito. Y aquí está la clave de aprender a escuchar lo que la organización nos pide.

En las empresas, cuando hay exclusiones éstas generan fugas energéticas que lo que hacen es que los sistemas no se sientan completos y empiecen a perder el equilibrio.

Por eso, es tan importante que en las organizaciones se interiorice de dónde venimos, quiénes somos, qué nos da fuerza, y que conozcamos la realidad y la cotidianidad del sistema del que somos parte.

Y este entendimiento tiene que ver también con las jerarquías, con darle el lugar a cada persona en la empresa, reconociendo el espacio y el cargo que a cada uno le corresponde honrar. Especialmente con los empleados antiguos o mayores.

Así es como generamos tranquilidad y logramos que bajen los niveles de tensión porque cuando damos a cada uno el lugar que merece, eso tiene un impacto positivo que permite que ocupemos el lugar que nos corresponde y que se desarrolle nuestro potencial.

¿Por qué? Porque podemos acceder al talento, potencial y capacidades que tenemos para ponernos al servicio de la misma empresa.

 

Equilibrio y Crecimiento Empresarial: Sistemas Vivos

Es muy interesante cuando se puede vivir en el día a día porque la empresa empieza a sentirse además de viva, como un solo miembro. Si todos sabemos lo que nos corresponde y nos reconocen de esa manera podemos apuntar al mismo objetivo.

Es un tema de conciencia y claridad que va más allá del proceso que hacemos pues, es a través de la comprensión de roles que podemos organizar el sistema y entrar a aportar con éxito en los procesos de información y experiencia que la empresa necesita para estar lista.

Y si nosotros como líderes y como equipos logramos esto, vamos a entrar en un momento de crecimiento, de creación y de implementación de nuevos procesos que activen las capacidades que como organización tenemos.

Porque frente a procesos de crecimiento es la misma empresa la que se encarga de conducirnos hacia lo que necesita y de mostrarnos lo que es momento de soltar.

Entonces, el reconocimiento toma gran importancia porque uno en el día a día opera con dificultades, pero tiene la oportunidad de asombrarse de la empresa, del proceso y de uno mismo cuando eso no es impedimento para lograr resultados.

Y es permitirse ver cómo en la cotidianidad, uno se va convirtiendo en una persona o en una institución de referencia en la buena ejecución y operación de los programas de la empresa.

Lograr esto, hace posible que se abran muchas puertas y que los clientes nos busquen, nos llamen y quieran saber de nosotros.

 

El Poder del Reconocimiento: Cómo Motivar a tu Equipo

¿Qué pasa cuando un empleado siente que lo tienen en cuenta? Este es un proceso maravilloso porque esta persona logra hacer un click con la empresa en donde su entrenamiento, tiempo, experiencia e idoneidad están disponibles para el sistema.

Entonces, imaginemos la cantidad de aprendizajes y experiencias con las que puede beneficiarse la empresa. Y si cada integrante del equipo logra esa conexión son infinitas las posibilidades.

Y cuando nosotros como líderes logramos crear en los equipos la necesidad e importancia de aportar, logramos que las personas se sientan parte del proceso de crecimiento y se comprometan con él.

Claro, la empresa también ve en cada empleado la experiencia y lo que puede aportar para ejecutar un proyecto o programa. Además de, las ganas y el sentido para conectarse con lo que se busca.

Por eso, en esta carrera por entender cómo funciona el sistema, hay otro tema trascendental y es el dinero. Y aunque hay cosas que el dinero te hace sentir y te entrega, hay otras que no alcanza a cubrir, como es la energía y la gratitud.

Claro, para que toda la energía producto y la operación marche como debe marchar, es necesario. Pero, al final del día verle a uno de nuestros beneficiarios, a un adulto, o un niño, una sonrisa y un gracias y la dicha de que sí se le ha mejorado su calidad de vida, es todo.

Eso es lo bonito porque de verdad es estar ahí, al servicio de la vida al 100%, enfocados en hacer nuestra labor y cumplir los objetivos empresariales, pero al final, aportando. Y ahí es donde vienen las cosas, se manifiestan y llegan con facilidad.

Y basta con tomar una decisión y elegir cambiar la forma y el motivo por el que hacemos las cosas, reconociendo cada parte e integrante del proceso y dándoles su lugar para ayudarlos a dar lo mejor de ellos y aportar al sistema.

 

Equilibrio y Crecimiento Empresarial: Cambiando la Mentalidad

Cuando logramos hacer cambios de mentalidad en las organizaciones, eso se refleja en nuestra vida personal porque buscamos la perfección pero de una manera consciente y aprovechando las herramientas con las que contamos.

Así podemos lograrlo y obtener más beneficios, que no solo nos lleven a los resultados que perseguimos, sino también a creer en lo que podemos hacer, a sentirnos parte importante del sistema y entender nuestro lugar.

Como empresarios, a veces nos cerramos a que las cosas deben ser de una manera y eso puede llevarnos incluso a la quiebra. Por el contrario, cuando tomamos consciencia y aprendemos del proceso desde la sistémica, encontramos otras oportunidades.

Ahí es donde viene la mayor ganancia porque estamos escuchando realmente lo que la empresa necesita y respondemos a partir de ahí. Entonces, sí, ahí entramos en línea con el sistema.

Entender que las cosas pueden ser diferentes e incluso tener mejores resultados, también implica renunciar a los acuerdos ya establecidos, a las rutinas, a ciertas líneas de negocios e incluso, a algunas personas.

Eso también quiere decir que renunciemos a sentirnos salvadores del mundo porque cuando hacemos parte de una organización llegamos a creer que debemos encargarnos de todo y salvar todo tal como es, pero hay opciones en las que no necesitamos sacrificarnos.

Y el solo hecho de entender que no lo somos, que debemos ser humildes y que hay algo siempre más grande que se hace cargo, nos hace precisamente estar ahí, ponernos al servicio del sistema y conectar y sentir como la empresa lo necesita.

Así podemos tomar mejores decisiones, obtenemos mayores enseñanzas y podemos identificar nuevas herramientas para actuar.

No es fácil encontrar la estabilidad, pero cuando se logra y se ejecuta sobre la operación, pueden implementarse cambios que lleven a la organización a otro nivel.

 

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