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Establecer Objetivos Claros: Evitar Obstáculos para el Éxito
Cuando entendemos la importancia de establecer objetivos claros también empezamos a evitar los obstáculos para el éxito, y sin darnos cuenta, adquirimos la habilidad de superar cualquier limitante que pueda frustrar nuestro proceso de crecimiento personal.
Pero, ¿qué ocurre cuando tus objetivos y tus planes no están vigentes o acordes con tu situación real?
Mira, esto es demasiado importante cuando estamos en un proceso de evolución bien sea personal o a nivel de empresa porque cuando no estamos en línea con la situación, empezamos a planear sobre una mentira o un contexto que no existe.
Y eso puede convertirse en un obstáculo porque empiezan a no ser suficientes nuestros esfuerzos para lo que el momento que vivimos está demandando.
Entonces, esos planes que hacemos dejan de ser proyectos a futuro y se convierten en parte de este mismo instante en el que estamos. Y empezamos a vivir, aquí, ahora y con los recursos y el potencial interno de ese momento.
En otras palabras, respondemos en la medida en la que nos es posible porque reconocemos que entramos en un proceso de finitud, incluso cuando la realidad es otra.
Por eso es que como decía antes, se convierten en obstáculos, porque estamos haciendo planes que no van a ayudarnos a avanzar sino que se van a convertir en limitantes para nuestro crecimiento.
Ahora, esto no quiere decir que uno no tenga intenciones claras con respecto a cómo participa y actúa para su vida y dentro de su propio sistema. Si lo vemos como es, estamos en movimiento y eso nos lleva a la necesidad de establecer dónde estamos, todo el tiempo.
Y con esa intención clara de para qué estoy en movimiento y qué estoy aportándole a la vida es que alimento mi propio proceso de aprendizaje. Depende solo de mi enfoque y mi compromiso con mi desarrollo, el resultado que yo obtenga.
Además, la vida misma va dándonos y mostrando caminos que nosotros a veces ni siquiera podemos prever. ¡Y es precioso dejarnos guiar!
Establecer Objetivos Claros: Cómo Adaptarse a los Cambios
La importancia de cambiar los paradigmas es que nos permite liberar nuestra mente abriendola a las oportunidades que nos va mostrando el camino.
Y aquí, por supuesto hay afectaciones, y dentro de ese proceso de cambios que asumimos está también el reto de afrontar el proceso con el impacto que involucra.
Esto está acompañado de emociones que se empiezan a mover, que son profundas y dolorosas, pero que definitivamente son inevitables.
Y generalmente cuando las personas hacen transformaciones sí o sí, su entorno empieza también a cambiar y se ajusta al momento en el que el sistema está evolucionando.
Por eso, lo importante en todo este movimiento es reconocer que estar en un estado de estabilidad, ya no es posible. Sí, porque entrar en modo estabilidad es querer que todo esté quieto, fijo y que no se mueva.
Y la vida no es así, porque la vida es dinámica todo el tiempo. Entonces, si yo entro en modelos de estabilidad y sobre todo hablando de sistemas empresariales, pues entro a crear inquietudes que me llevan a la parálisis y a no cambiar, sino adaptarme al medio.
Entonces, ahí es donde entramos en un modo de supervivencia, donde cuidamos que el entorno y el espacio no me amenacen y que en función del tiempo yo pueda hacer lo mínimo que tenga que hacer para ahorrar recursos de energía.
Y en ese caso, no hay expansión porque no hay un ambiente que nos permita crecer. Pero, entonces es el mismo movimiento de la vida el que nos lleva a ver que no es suficiente y que necesitamos dar más.
Eso es lo maravilloso de aprender a escuchar la vida, ella misma nos va guiando y pidiendo recorrer el camino al que nos quiere llevar.
De la Supervivencia al Crecimiento: Obstáculos para el Éxito
Lo que pasa cuando estamos en modo supervivencia es que nos aferramos tanto a esa estabilidad que creemos tener, qué nos cerramos a la oportunidad de hacer cosas nuevas y de desarrollarnos en otros escenarios de nuestra propia vida.
Entonces, si no hay movimiento, no hay expansión. Nos quedamos allí, en ese mismo lugar. Por eso es tan necesario reconocer y permitir las emociones. Aquí ser fuerte no es una opción, se trata de ser conscientes de cómo nos sentimos.
¿Por qué? Porque si no reconocemos lo que está pasando con nosotros mismos en cuanto a lo que estamos sintiendo, en cuanto al dolor por cerrar procesos, a lo que estábamos acostumbrados y que ahora nos toca movernos en forma diferente.
Y cuando eso pasa pues nos quedamos bloqueados, paralizados ante la situación y no nos movemos. Por eso, gestionar las emociones es necesario para seguir movilizándonos, pero en dimensiones diferentes. Ahí es necesario hacer duelos.
Pero, a veces nos cuesta, porque lo que era querido y conocido para nosotros y nos hacía fuertes, cambia. Y entonces, empezamos a mostrarnos vulnerables y no está mal, somos seres humanos que estamos intentando vivir mejor.
Establecer Objetivos Claros: Asumir Responsabilidad y Crecer
Sin entrar en victimismo y queja, tenemos que reconocer que a veces nos ponemos en modo niños, demandamos atención y nos quejamos ante nuestros padres o quienes nos rodean, como buscando que sean ellos quienes solucionen nuestras inconformidades.
Sí, porque cuando nosotros estamos en modo queja, esperamos a que otros resuelvan por nosotros y eso no es una opción en este momento, porque somos adultos y estamos a cargo de nuestra propia vida.
Y hace parte de nuestra responsabilidad, gestionar y enfocarnos en soluciones que nos faciliten avanzar en el proceso de la vida y hasta donde ésta nos lleve. Entonces el niño no puede solucionar el asunto.
Pero, si el niño no puede solucionar el asunto, si nos quedamos en modo queja, ahí es donde tenemos que revisar sobre qué nos estamos quejando y de qué no nos estamos haciendo cargo.
Porque si la queja es debido a que no estoy solucionando algo, nos enfocamos en que no podemos cambiarlo y buscamos culpables a nuestro alrededor, evitando hacernos cargo de lo que nos corresponde.
Así que, no es un asunto mío, sino un asunto de otra persona inmadura. Y no me corresponde la queja porque yo no puedo cambiar, pues sólo el adulto puede solucionar. Y de esto se trata, tener un compromiso clarísimo.
Y es a partir de tener claro lo que queremos, que nos podemos parar delante de la situación y desde el reconocimiento y el respeto, asumirla como viene, solucionarla y convertirla en una experiencia que nos llene de felicidad.
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