El liderazgo sistémico en las organizaciones es fundamental para que como líderes podamos entender a la empresa y aprender de ella, llevando al equipo hacia eso a lo que el sistema le apunta.

Se trata de conectar desde nuestro rol como líderes con eso que el sistema necesita y que tengamos la capacidad de tomar decisiones que nos lleven a estar en sintonía.

Y esa es nuestra responsabilidad más importante como líderes, llegar a entender la empresa como un sistema que necesita de organización y modelos efectivos que conduzcan a obtener resultados.

Y dentro de esto, es clave la mentalidad y la energía de las personas que integran nuestro equipo y que son las que hacen posible que esos objetivos que tiene la empresa se cumplan.

Aterrizar en ello, significa también que entendamos el impacto que tiene el crecimiento personal y el desarrollo de esas personas como seres que aportan al sistema organizacional. Entonces, todo va un poco más allá.

Sí, así es, porque en las organizaciones hablamos de crecimiento y de alcanzar niveles más altos en los que la empresa genere mayores beneficios. Y para lograrlo, las personas que trabajan por ese objetivo son indispensables.

Entonces, el valor que tienen los aportes de las personas que integran un sistema es gigante. Y claro, puede ser positivo o negativo, dependiendo del nivel de compromiso y conexión que la persona tenga.

Depende de la percepción que tenga sobre el lugar que ocupa en la empresa, la importancia de la actividad que desarrolla y lo que la empresa obtiene gracias a su gestión.

 

Liderazgo Sistémico: Gestionar Empresas para Lograr el Éxito

Las organizaciones necesitan gestión, liderazgo y entrenamiento para alcanzar el éxito que se proyectan; por eso, nosotros como líderes debemos enfocarnos en experimentar la empresa como un sistema vivo.

Esto quiere decir que, entendamos la empresa y nos permitamos escuchar qué es lo que necesita y quiere, hacía dónde espera dirigirse y las herramientas con las que puede contar para hacerlo.

Y es que las empresas como sistemas nos hablan, nos van marcando el camino que necesitan que recorramos para llevar a cabo los planes que nos lleven al éxito. Pero, reconocerlo a veces no es fácil.

Enfrentarnos a ello, puede generar desconfianza en nuestra propias capacidades y hacer que nos estanquemos por miedo a expresar lo que no nos deja avanzar.

Y hablamos de todo un modelo de gestión que al final lo que nos permite es tener la estructura para ir con esa guía y paso a paso hasta obtener lo que nos hemos propuesto. Pensando desde la sistémica, aquí es donde nos debemos replantear nuestro rol.

Sí, se trata de pensar en tener la estructura que nos permita operar en sintonía y que aunque se presenten situaciones muy complejas, podamos todo el tiempo, estar listos para responder.

 

Empresas Vivas: Evaluación, Supervisión y Rendimiento

Evaluarnos como líderes y evaluar a las personas de nuestro equipo es necesario para mantener la estructura organizacional y encontrar los puntos en los que necesitamos crecer.

Por eso es que nosotros deberíamos todo el tiempo, estar analizando nuestro proceso y resultados. Pensar en eso que nos mueve como equipo y que nos acerca a los propósitos de la organización.

Y eso hace que cuando tú te metes en esa interpretación mental y la aplicas en tu día a día, adquieres la certeza y seguridad para saber que todo es real y que tienes la evidencia de que con tus acciones, la empresa puede crecer.

Entonces, ahí uno empieza a entender el sentido de que todo tenga la debida evidencia y que todo deba tener el debido proceso porque esto se convierte en todo un modelo organizacional que parte de nuestra gestión como líderes.

Cuando eso logra darse, permite que la empresa ascienda y alcance la estructura para hacer que como institución resista y viva ante situaciones que son difíciles, que son estresantes.

Claro, como equipo si nos sentimos observados es inevitable el estrés porque estás tranquilo y de un momento a otro te das cuenta que tus acciones están siendo evaluadas y medidas por todos lados.

Entonces, cuando un líder se ocupa de la supervisión, eso hace que los empleados tengan que organizar de una manera más estratégica su trabajo y que su gestión sea más efectiva a nivel institucional y de la alta gerencia.

 

Liderazgo Sistémico: Evaluando desde la Alta Dirección

Como líderes, cuando queremos aportar e impactar a los diferentes niveles de la institución es necesario que nos fijemos en la organización, no solo desde los mandos medios, también desde la alta dirección.

Tenemos que operar varios frentes porque además de conocer los dolores de la empresa, también necesitamos saber con qué cuenta la institución, quiénes son las personas a la cabeza de cada área y cómo están desarrollando su proceso.

Por ejemplo, cuando en las empresas los socios son familiares, vemos que cada miembro se encarga de un proceso determinado, y a veces, eso puede generar incomodidad porque todos tienen mando, todos son socios y nadie quiere ser direccionado o revisado.

Entonces poder hacer una revisión sobre los procesos de la empresa a tiempo, no es fácil. La única manera de lograrlo es teniendo una organización clara y adecuada, y de alto nivel.

Y ahí está la importancia de que el líder aprenda a ver más allá de lo que hay en los libros de marketing, de alta gerencia y de administración, por supuesto. Esa es la clave de reconocer dentro de la empresa y poder identificar a cada persona y sus talentos.

Como líderes, esa mirada profunda y realista nos permite definir a esas personas que son buenas y que tienen talento para administrar, comunicarse, tomar decisiones, entre otras habilidades que se convierten en claves para avanzar desde lo sistémico.

Y también aquí, nos convertimos en piezas fundamentales porque en nuestra decisión de continuar con una persona o reemplazarla, o mirar quién es bueno en qué parte o proceso de la empresa, de eso depende, a veces, que la empresa fluya.

 

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