Cuando una pareja se encuentra por primera vez y se sienten atraídos, creen que sólo son él y ella, no toman en cuenta que detrás de cada uno de ellos está el padre y la madre, más atrás los abuelos, los bisabuelos etc., ambos son como los vértices de una pirámide invertida, también se encuentran los hermanos en la misma línea horizontal.

Cada uno de los integrantes de una pareja trae consigo toda la información genética de su familia que es mucho más que el color de ojos y la forma de la nariz, heredamos también las experiencias positivas y negativas que ellos grabaron en su ADN, compartimos con ellos el “alma familiar”, como le llama Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares.

En esta información que compartimos con nuestra familia está lo fácil y lo difícil.

Cuando dos deciden formar una pareja no son solo 2 personas, son dos sistemas los que se unen y ambos entran en una comunidad de destino.

Hay casos en que uno de los integrantes de la pareja quiere separar al otro de su familia y eso genera grandes dificultades pues señala que no lo toma tal como es, que no lo respeta, quiere que el o la otra dejen de ser lo que son o cómo son, para ser como ellos/as quieren que sea.

Muchos piensan que al encontrar una pareja se logró un objetivo y se sientan a descansar, no se dan cuenta que este encuentro es realmente el comienzo de algo muy importante en el destino de ambos y que hay que trabajar para lograr un destino más rico y más pleno.

En esta unión de los dos sistemas hay tres palabras que para Bert Hellinger son de gran importancia: “SI”, “Por Favor” y “Gracias”

Muchas veces deseamos que los demás perciban, piensen y actúen como yo, lo que es muy difícil, por lo que comienzo a crear la fantasía de poder cambiarlos, si no lo logro, me frustro, me enojo y comienzan las dificultades.

Bert Hellinger, creador de Constelaciones Familiares, señala en uno de sus libros: “la relación de pareja sólo se logra cuando el hombre respeta a la mujer tal como es, exactamente como es, y que la mujer respeta al hombre tal como es, exactamente como es.”  Y yo me pregunto si he elegido a una pareja, a un igual ¿qué pasó con mi elección que no lo respeto? ¿lo veo como un igual o como alguien inferior?

Al elegir una pareja además de la atracción que es lo primero que nos lleva a contactarla, está el sustrato de valores y proyecto de vida que posee, los que sí coinciden con los nuestros nos lleva a proyectar esa unión hacia el futuro. En el camino de la vida las personas realizamos cambios ya sea por experiencias vividas o por caminos de crecimiento personal, si éstos no modifican los cimientos, la pareja se mantiene diciendo periódicamente: “SI, TE TOMO COMO ERES”

Hellinger continúa diciendo: “El asentimiento: Yo te amo así como eres… así como eres, eres buena para mi…esto le da seguridad a la pareja……Entonces agrega algo más: me alegra ver a tu madre, tal como es y me alegra ver a tu padre, tal como es…. La pareja se siente mucho más segura si sus padres son reconocidos y amados, tal como son.”

Tomar a la otra persona tal como es, es tomarla con sus fortalezas y fragilidades, tal como tú deseas que te tome, tal como eres. Es respetar al otro como quieres que te respeten a ti.

En lo cotidiano es natural tener diferentes puntos de vista los que se pueden compartir y discutir en forma positiva existiendo en esa comunicación el respeto mutuo y la apertura personal a estar equivocado, a reconocer el error o a buscar una solución diferente a la original de c/u. Esta forma de convivencia refleja que ambos están en el mismo nivel, ninguno es superior al otro, ni pretende controlarlo.

Hay un factor importante a tener en cuenta:  el hombre es diferente a la mujer, son complementarios, pero no iguales, sus cerebros funcionan de manera diferente especialmente en lo emocional, lo que en una relación de pareja es bastante crucial. ¡Cuántas veces escuchamos decir “mi pareja no me comprende”, “yo no sé por qué reacciona de esta manera”!

Hellinger señala “El crecimiento significa: yo asumo en mi interior algo que hasta ahora me era ajeno y que me desafía a renunciar a mi superioridad. Ambos lo hacen mutuamente, el hombre y la mujer. Con eso crecen.”  Crecen como personas y como pareja.

 

por Eliana Zlatar Z.

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